martes, 4 de marzo de 2008

Para Luismi.

A mi socio, en respuesta al desafío lanzado.

Poesía, dice la RAE, que es la expresión artística de la belleza por medio del verso. Y algo más, encanto indefinible que en personas y cosas halaga y suspende, conmueve y deleita el ánimo. Es más bien esta acepción la que vamos a tocar, sin ánimo de molestar pero sí provocar el suspense del intelecto, dormido muchas veces; nos encaminamos, pues, a un mundo lleno de números, fechas, citas, hechos, recuerdos, deseos, frustraciones, anhelos…, vida, muerte, desolación, esperanza, en definitiva sufrimiento, siempre innecesario por cuanto que carece del más puro sentido natural. Así, le perdono a usted, este sutil mancillamiento. Sin más dilación, vamos a nuestro qué hacer y ¡tal vez!, el sufrimiento se transforme en placer.

Primera Lección, de experiencia:

Defectos y carencias son reflejo: son
La belleza del mundo en espejo.
Solamente sobre un hueso astillado
Puede el médico ejercer su cuidado.
Si no hay en el crisol base de cobre,
Habrá alquimista dudoso, o pobre.
Y el sastre se pondría colorado
Ensayando sobre un traje terminado.

Segunda Lección, de amor:

Dios mío, dulce es la bebida que escancia la doncella,
Y su labio es dulce como su bebida, su bebida es dulce
Y su labio es dulce como su lengua, su bebida es dulce,
Dulce es su bebida ¡Dios mío!, su bebida es dulce.

Mi Señor, que me has otorgado tus favores,
Mi Señor, que me has otorgado tus favores,
que me has acariciado.

Tercera Lección, de amores y desamores machistas:

Esclavo, ¡obedéceme!.
Sí, mi dueño, sí.
Quiero amar a una mujer.
Ámala, mi dueño, ámala.
El hombre que ama a una mujer
Se olvida del dolor y de las preocupaciones.
No, esclavo, no quiero amar a ninguna mujer.
No la ames, mi dueño, no la ames.
La mujer es un foso, un agujero, una tumba.
La mujer es un cuchillo afilado,
Con el que corta el cuello del hombre.


Cuarta Lección, falta de tiempo:

Para el pobre es mejor morir
Que seguir con vida.
Si tiene pan,
Le falta la sal;
Si tiene sal,
Le falta el pan.
Si tiene carne,
Le faltará el cordero y,
Si tiene el cordero,
Le faltará la carne.

Quinta Lección, de la Vida y de la Muerte:

¡Terrible es la muerte y despiadada!
¿Construimos una casa para siempre?
¿Sellamos los tratados para siempre?
¿Parten los hermanos los bienes paternos para siempre?
¿Reina la ira en el hombre para siempre?
¿Duran las crecidas de los ríos para siempre?
¡Desde siempre no existe nada permanente!
¡Cómo se asemejan el dormido y el muerto!
¿No representan la imagen de la muerte?
Los grandes dioses otorgan muerte y vida,
Mas el día de la muerte permanece oculto para todos.

Sexta Lección, del alma:

El corazón que se halla pleno del amado,
¿Qué sabe de la ruta, de la etapa, de la distancia, corta o larga?
Corto, largo son dos atributos del cuerpo:
Es diferente el viaje del espíritu.
Has hecho tu jornada desde la semilla hasta la razón,
Y no con tus pasos ni viajando de etapa en etapa,
Ni yendo desde un lugar preciso a otro.
El viaje del espíritu no está condicionado por el tiempo
Ni el espacio,
Y es del espíritu que el cuerpo aprendió a viajar.


Séptima y última Lección, de la sabiduría:

No hay amante que busque
Sin ser buscado,
Ni aplauso de una mano sola.
El universo ha sido organizado en pares
Y cae el rayo del amor sobre dos zonas
O no cae.
Según los sabios
El cielo es hombre y la tierra hembra,
Nutriendo ella
Lo que deja caer él.
Si carece de calor, el cielo se lo envía:
Si perdió frescura, humedad, se la restaura.
El día y la noche son enemigos,
Pero en apariencia:
Sirven ambos al único propósito de que sea preservado
El mundo por su unión.


Como puedes apreciar, estimado socio, esto de la poesía no es hacer rimas que suenen a musiquillas ramplonas y escasamente comunicativas, dado que consiste en llamarle ósculo al beso, que queda muy bien, pero después de una trascendental y sesuda meditación, ¡nos puede llevar horas!, si bien uno queda como dios y demuestra un amplio conocimiento de la terminología.

Así pues,
Estimado camarón,
Y aprendida
Esta lección,
Me encamino a mis aposentos
Para regocijarme
Con mis adentros.
Discúlpeme usted,
Usía,
Pero placeres más altos
Me guían.
Y siento decepcionarle
Pero en mi mente están
Los ojos de una mujer
Con los que quiero soñar,
Más que nada para amar.
Si le ha servido de algo,
Bien,
Si no,
Espere usted al orto,
O quizás prefiera el ocaso
Para dar este gran paso
Y fundirse con el rosicler.

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