Hacía mucho tiempo que no entraba en el blog, es más, ya no recordaba ni la dirección.
Bueno, por aquí todo sigue igual, es decir, trabajando por lo que se puede y dejan, que no es poco.
Ha pasado el verano, muy caluroso, y ahora llega el otoño que, tal vez, es el período más largo y difícil para vivir en un pueblo: cambio de hora, días muy cortos, pero también tiene cositas buenas como son los muchos y variados colores que nos ofrece la naturaleza.
Supongo que por esas tierras la vida sigue poco más o menos; la quietud de esta zona, en ocasiones, resulta un tanto hastiante; sin embargo, la belleza de estos parajes te envuelven en un halo que te transporta a un momento pretérito en el que te siente puramente natural.
Espero que te des buenos paseos en busca de setas, que ahora empieza el tiempo de las mismas. Seguirás visitando el pueblo portugués que tienes al lado; irás de vez en cuanto a ver cómo están tus chiviteros; seguirás siendo la sacristana de la iglesia de Torregamones, etc. Ves, la vida no cambia tanto, siempres son las mismas cosas en distintos lugares.
Un beso y un abrazo. Espero y deseo que te vaya bien. No comas tantos dulces.
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