martes, 12 de febrero de 2008

Lo que dice ADIF de la línea férrea Salamanca-La Fregeneda


Valores naturales: El paso del río Duero por el sector fronterizo hispano-portugués configura un profundo cañón fluvial que constituye una enorme hendidura geológica de gran desnivel, que llega a sobrepasar incluso, puntualmente, los 350 metros. Se trata de las gargantas fluviales más importantes de la Península, con más de 100 kilómetros de desarrollo continuo. Otros cañones confluentes sobre los cursos de los ríos Tormes, Huebra, Águeda y Uces. Cascada de los Humos del Uces. Importantes colonias de cigüeña negra. Águila real. Búho real. Alimoche. Buitre leonado. Los Arribes constituyen un importante corredor faunístico Norte-Sur para especies como el lobo y el corzo. Jabalí. Gato montés. Nutria.
Monumentos del hombre:En Vilvestre, el taller neolítico más importante de España. En Saucelle, su iglesia parroquial del siglo XV. En cuanto al llamado Puente Pinto, se trata de un completo alarde de la ingeniería metálica. La presa de Aldeadávila, una de las más atrevidas del mundo. El conjunto histórico portugués de Freixo da Espada a Cinto. Las pinturas rupestres de Mazouco. El trazado de la vía férrea de La Fregeneda, una de las potenciales vías verdes de mayor interés ecoturístico en España. Los viejos molinos fluviales. Las ermitas-mirador sobre los cañones del Duero, como la de la Virgen del Castillo, en Pereña. En Ciudad Rodrigo, su recinto amurallado y sus puertas de muralla; su Plaza Mayor; el palacio de los Castros; el antiguo alcázar, hoy transformado en parador de turismo; la Catedral.
Para informarse: Consejería de Medio Ambiente, en Murcia (Tel.: 968/ 36 21 79).
Cartografía de detalle: Hojas Nº 525, 500, 475, 449 (1:50.000) del Servicio Geográfico del Ejército.

Tras su paso por la amurallada Ciudad Rodrigo, el río Águeda se dirige hacia la Fregeneda y Barca d’Alba, donde se funde con las aguas del Duero. Este camino se ajusta a la trayectoria de una gran falla que se abre paso entre las pizarras y granitos de la penillanura salmantina. Esta gran fractura tectónica crea un paisaje de cañones que se ha convertido casi en el símbolo del espacio natural de los Arribes del Duero.

Por caminos y carreteras, atravesaremos una zona de dehesas por los pueblos de Castillejo, Villar de la Yegua y San Felices de los Gallegos para, bordeando el cañón, llegar a Sobradillo. Desde allí iremos al encuentro del ferrocarril en descenso hacia La Fregeneda. A partir de esta estación, la vía enfila el curso del Águeda y desciende hacia la confluencia con el Duero, cruzando, junto al muelle de Valterrón, el puente hacia Portugal.

En nuestra ruta atravesaremos un paisaje labrado sobre materiales antiguos, granitos y pizarras, arrasados hasta formar una penillanura horizontal en la que, ocasionalmente, afloran “lomos de ballena”, en el granito, y “uñas del diablo”, en las pizarras. Esta llanura aparece cuarteada por cañones en los que se inscribe la red fluvial y por los que penetran las influencias atlánticas. Esta injerencia climática da una tonalidad más cálida y húmeda al duro clima mesetario, circunstancia que propicia, por un lado, una vegetación mediterránea en la que destaca el alcornoque, y, por otro, una agricultura trabajada en bancales con multitud de árboles frutales. Abundan los jabalíes y pastan pequeños rebaños de corzos, sobre los cuales se despliegan los suaves vuelos de buitres leonados y cigüeñas negras.

Tierra de frontera, estuvo defendida por importantes fortalezas desde antiguo (castillo de Sobradillo, fuerte de la Concepción en Aldea del Obispo y recinto amurallado de Ciudad Rodrigo) y encierra en sí una hermosa línea de ferrocarril abandonada, entre Fuente de San Esteban y Barca d’Alba, con abundantes túneles y atrevidos puentes metálicos, trazado que merecería recuperarse como vía verde para dar hálito de vida a unos campos vaciados por la emigración.


Artículo extraído de la página web de ADIF: http://www.adif.es/empresa/medio_ambiente/ciudad_rodrigo.html

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